GESTIONARME PARA GESTIONAR
El camino de la gerencia empresarial está lleno de recovecos, de incongruencias que a veces acorralan a la hora de tomar una decisión. Es común, en el día a día, encontrarse en el medio de la paradoja del placer de las metas logradas y la presión y el desgaste que estas implican. Enfrentarse a las especulaciones de lo que nuestras medidas puedan acarrear en el futuro. Entonces, cómo lograr un alto nivel de efectividad sin perdernos en el camino.
Quizás la respuesta esté relacionada a refrenar el ritmo cotidiano, empezar a gestionarse a uno mismo para después gestionar la empresa. No se trata de dejar de producir sino de producir mejor, buscar la calidad que se reproducirá en cantidad.
Alguien tan preparado como el astrónomo, filósofo, ingeniero, matemático y físico italiano, Galileo Galilei , sostenía que no hay mayor sabiduría como conocerse a uno mismo.
Para esto es esencial agudizar nuestra percepción, primero de nosotros mismos para luego enfocarnos en lo que nos rodea. Esto, no solo mejora nuestros procesos internos a la hora de tomar decisiones sino que se verá reflejado también en nuestra manera de vincularnos y establecer relaciones dentro de una organización.
Un primer paso para iniciar este aprendizaje es empezar a cuestionarnos y no tomar lo cotidiano como normal, animarnos a la cruzada de desaprender para aprender. Quizás una buena manera de abordar esta proposición, es replantearnos todo lo que hacemos de manera rutinaria, desde lo más simple hasta lo más complejo, como detenernos a observar cómo respirar, caminar, comer, hablar, escuchar, coordinar acciones con otros.
Son competencias básicas para vivir, pero ¿solemos pensar en ellas? Pasando a otro ámbito. ¿Cómo son las conversaciones con la gente que nos rodea? ¿Son conversaciones efectivas? ¿Hay conflicto, rechazo, tensos silencios? ¿Cómo son las conversaciones personales con uno mismo? Es primordial, para mejorar nuestra capacidad, conocernos, detectar el ámbito en el que podemos y deseamos superarnos.
Para nosotros, tu misión es muy importante, pero para desarrollar tu idea, tenés que empezar por vos mismo, las oportunidades de crecer están alrededor tuyo pero para percibirlas tenés que verte a vos mismo antes.