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LA IMPORTANCIA DEL CAPITAL HUMANO EN LAS ORGANIZACIONES

Las organizaciones forman parte de un ambiente de continuo cambio producto de la globalización, los avances tecnológicos, la competencia, la configuración de bloques comerciales, entre otros; cambios permanentes y rápidos, donde las empresas no pueden permanecer estáticas y desafían a estos movimientos de diversas maneras para lograr su supervivencia. La capacidad de ajuste y reestructuración, de adaptación al cambio, la velocidad de respuesta, la innovación y la habilidad para detectar las necesidades de los participantes que contribuyen en la cadena de valor va a determinar esa aptitud para generar valor agregado a sus clientes y proveedores, lo cual constituye la base de su competitividad y la estabilidad y posicionamiento dentro del mercado.


El capital humano es un factor de la producción que tiene la capacidad de impulsar la innovación, de apoyar el incremento de la productividad y lograr con ello la competitividad. El mejor recurso de las empresas son las personas que la conforman. Las mejores empresas serán las que gestionan ese capital de manera eficaz y eficiente. Por ende, contar con recursos humanos que dispongan del conocimiento, las competencias, habilidades y experiencias para competir en un ambiente global crea ventajas competitivas sostenibles, ya que no son tan fáciles de ser imitadas por los competidores, y significará el camino al éxito. Esto se vincula con el desempeño de todas las personas que integran la compañía, sin importar su jerarquía, ubicación o condición. Las organizaciones eficientes desafían con mayor seguridad y refuerzan todo el tiempo su competitividad; identificando, reuniendo y ampliando las condiciones que permitan la potencialización de las personas, es decir, reconocen el valor que el recurso tiene para la organización y tratan de fortalecerlo, además de incrementar el valor que la organización tiene para el empleado.

Lo anterior refleja claramente la importancia de la inversión en capital humano. Las empresas son cada vez más conscientes que las utilidades no solo aumentan reduciendo costos sino incrementando los ingresos, y esto se logra a través de la inversión en los factores productivos, incluyendo la fuerza laboral. Invertir en la formación, administración y bienestar del capital humano genera beneficios, no solo económicos, sino también sociales, que están relacionados con la complementariedad de las cualificaciones y del conocimiento. Esto tiene que ver con la cultura de intercambiar información y convertir el conocimiento individual en organizacional, lo que amplía las oportunidades dentro de la organización y de las cuales depende el desarrollo, innovación, crecimiento de la productividad y prosperidad económica de la compañía.


En este proceso constante de potenciar el capital humano cobra especial relevancia el talento de los empresarios o del área de recursos humanos a la hora de gestionar cada puesto de la organización e identificar las capacidades distintivas de lo que constituirá la fuente de ventajas competitivas de la misma. La empresa tiene que ofrecerle a sus recursos un espacio de desarrollo y crecimiento, donde tengan participación, donde puedan aportar y desarrollar su creatividad, su energía y sus conocimientos. Cuidar de las personas que forman parte de la empresa, que son su recurso estratégico, generando un clima organizacional de observación, diálogo, motivación y satisfacción de las necesidades personales es un compromiso que debería asumir la compañía y una clave para alcanzar su progreso. Para esto, el diseño estructural de las organizaciones, las políticas, reglas y procedimientos deben tener cierta flexibilidad, sensibilidad y posibilidad de adaptación, además de consistencia y previsibilidad. Este ambiente debe ser promovido desde la gerencia y convertido en modelo para toda la organización.


Uno de los elementos más significativos en todo este análisis es que la fuerza laboral es capaz de contribuir a los objetivos de la empresa, pero no debe dejar de mencionarse que, además de los conocimientos previos y adquiridos a través programas de capacitaciones y entrenamiento otorgados por la empresa y de los cuidados que le brinda, es necesaria la actitud proactiva del capital humano de tener el deseo permanente de superarse, de querer aprender y compartir conocimientos y nuevas habilidades para desarrollar mejor su función y estar dispuestos a crecer dentro de la organización. Esto es, mostrar una actitud de iniciativa para estar más allá de las exigencias de la empresa y del mercado, una conducta para crear valor en la organización y acompañar su crecimiento, junto con la capacidad de cambiar y ser flexibles de acuerdo a lo que el entorno demanda.


En conclusión, estamos en una etapa donde es esencial poder comprender la participación de los recursos humanos en el desarrollo económico en un mundo donde siempre se priorizaron los resultados y los beneficios económicos individuales por sobre los sociales. Es necesario construir ambientes donde se trabaje en equipo, se valore la motivación, la comunicación y las relaciones. Son innumerables las ventajas de reconocer el potencial de alcanzar los objetivos como equipo e integrar al capital humano a los objetivos de la compañía, teniendo en cuenta la misión, visión y los valores de la empresa como así también su cultura y filosofía.

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